Según la información publicada en la página https://circuloece.com/ (西班牙中文学校联合总会 / CÍRCULO DE ESCUELAS CHINAS EN ESPAÑA), actualmente existen en España 51 escuelas chinas. En ellas, la mayoría de los alumnos (más del 99 %) son niños de origen chino que aprenden a escribir en chino mandarín.
Estas escuelas nacieron gracias al esfuerzo de los inmigrantes chinos que llegaron en los años 90. Ellos querían que sus hijos aprendieran a escribir en chino —pues muchos ya lo hablaban en casa— y que no perdieran sus raíces culturales.
Con el paso del tiempo, la realidad ha cambiado. Hoy en día la mayoría de los estudiantes son niños de segunda o tercera generación, que ya no hablan chino como lo hacían sus padres en la infancia.
Por eso, yo creo que estas escuelas deberían evolucionar y adaptarse a los tiempos actuales. En mi opinión, deberían ser espacios abiertos no solo a los niños de origen chino, sino también a hijos de familias españolas, donde pudieran aprender:
Español (como clases de apoyo, ya que el idioma lo aprenden en los colegios públicos).
Actividades culturales y lúdicas variadas.
中文(包括书写和口语)。
英语。
西班牙语(作为辅导课程,因为他们在公立学校已经学习西班牙语)。
各种文化和娱乐活动。
Ahora bien, sé que alguien podría preguntarme: ¿y dónde está ese colegio del que hablo?
当然,我知道有人会问:我说的这所学校在哪里呢?
La verdad es que ese colegio no existe físicamente. Y los motivos son sencillos:
事实上,这所学校在现实中并不存在。原因很简单:
Yo no soy chino, soy español y padre de tres hijos de origen chino adoptados.
Soy jubilado de la administración pública y mis recursos son limitados.
La asociación que represento —ASOCIACIÓN PROMOCIÓN Y DIVULGACIÓN DE LA CULTURA Y EL IDIOMA CHINO – 中华文化与语言推广协会 (PRODICUCHINA)— es una entidad sin ánimo de lucro, sin socios ni colaboradores, pese a todo el empeño y la ilusión que he puesto en ella.
Aun así, sigo creyendo que este proyecto es posible. Sueño con un espacio donde los niños puedan crecer entre culturas, aprender juntos y enriquecerse mutuamente. Un lugar donde el chino, el español y el inglés convivan con juegos, actividades y experiencias que fortalezcan la identidad de cada niño y, al mismo tiempo, abran la puerta al entendimiento entre culturas.
Por eso comparto estas palabras: porque sé que solo no puedo hacerlo, pero tal vez, con apoyo, colaboración e ilusión, este colegio pueda dejar de ser un sueño y convertirse en una realidad.